“Anécdota Refractaria en la Grieta” -III

Otro día un semejante Alguno, seguramente percatado de mi presencia en Muro por el tibio hombrecito Alguien, intento exterminarme la presencia con objetos, removiendo en la casi totalidad de mi cuerpo externo. Quemo, soplando aire de fuego, escarbo con pica, destruyendo a ambos, Muro se quejo gravemente y dejo caer asiduamente su polvo para entorpecer la tarea del intruso metiche, que nada comprendía de nuestra relación y solo procedía como un Dios dueño y señor de nuestros destinos.
Finalmente Alguno cubrió en las partes visibles en donde Yo habitaba en Muro, con un material sintético, muerto, pegajoso, caliente fue al comienzo, luego se fue enfriando y ala vez endureciendo.
Por semanas tuve que luchar para no dejar de existir, un ejercito de neutros intentaban obstaculizar el reagrupar de mis composiciones, aunque no tardé en diagramar una inteligente celada hasta desplazar estrepitosamente a Piso los materiales artificiosos utilizados por un tal Alguno (Alguno)

Luego del episodio con Alguno volvió Alguien acompañado por Alguno y tres Otros, me observaron con detenimiento, con clínicos ojos críticos, discutieron, Alguien le reclamaba algo a Alguno y Alguno respondía con diligencia apoyándose en la opinión de los tres Otros, me palparon profundamente hasta llegar a Muro, no convencidos de los resultados, se marcharon y por varias semanas no volvimos a contar con sus presencias. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Diariero

Álgido Fortunatto

Suceso de Hombre confiado - El trance.