“Anécdota Refractaria en la Grieta” - V
El estrépito final de
nuestro placido orden llego cuando bien Muro y Yo ya nos acostumbrábamos a la
vida sin presencia humana. Un estruendo insoportable, acompañado de un
constante bramido de máquinas amaneció sobre el frente, estallido de vidrios,
crujir de la estructura quejándose ante el primer golpe, vibraron los
cimientos, los marcos se torcieron de obligación, una a una fueron arrancadas
las paredes vecinas por feroces estampidas de acero en concreto, arrasadas, con
dolor nos despedimos, luego un bulto dio en Muro y lo desgarro de arriba,
desesperada mente aulló , todo fue demasiado confuso, sentí perder la
presencia.
…Una parte concentrada de mi yacía en el piso, en lo que
vendría a ser un pedazo de Muro, el polvo cegó lo que podríamos haber
visto de nosotros mismos, paso una araña a toda marcha hacia el fondo, solo sé
que todo fue un caos, mezcla y destrucción, pulverizaron nuestras existencias y
ahora solo queda el vacío de una futura construcción o baldío eterno.
Mientras Yo entre la humedad que aún me sostiene, solo una clara mancha por entre milimétricas partículas de polvo, granos del tiempo y de la concreta posibilidad…
…Una
Mientras Yo entre la humedad que aún me sostiene, solo una clara mancha por entre milimétricas partículas de polvo, granos del tiempo y de la concreta posibilidad…
FIN
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