Suceso de Hombre confiado -El quinto paso
Volvamos
con nuestro Hombre, que insuflado de valor aspiró hondo la cuadra y se dispuso a
terminar lo que había comenzado. Cuatro pasos atrás confiados en su
abstracción, el que dio las monedas venían caminando con la cabeza en su día.
Quizás un buen día, por supuesto a la medida de su posibilidad, claro es
-dijimos cuatro pasos verdad.
En el
primero de los cuatro, seguro divisó a ligera sin detenerse a mirar, reaccionó
con su pre concepto de cómo son las cosas en la mente a primera vista, no se
detuvo en la imagen. Al segundo paso ya tenia su mano izquierda en el bolsillo
izquierdo de su pantalón, reacción claramente condicionada por la realidad en
la que cree.
Dejo caer -
en el tercer paso- las monedas en el recipiente-depósito y allí, en el
encuentro de lata y metales, despertó de su realidad y vio al mendigo. O mejor
dicho vio una de sus extremidades extendidas, símbolo-mano-banderita diciendo:
Estoy aquí. Así trabajo. Aquí me traen, este soy.
Finalmente,
en el cuarto se encontró con que estaba por realizar un contacto verdadero y se
estremeció su Alma.
Detiene la velocidad un instante mientras
vacila. Ese instante en que demora en dar el quinto paso con el que se va y
sabe de su receptor de limosna su cara, su cartel y sus gracias, en lo que
posiblemente es un agradecimiento o aullido para sus oídos o para su impresión.
Y tan confiado que parecía en su abstracción,
cuando salió de su casa tras el portazo último, luego en la oficina, había
negociado tan bien el trato con los proveedores.
GCz
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